La selva y el manto acuífero, junto con los manglares y los arrecifes coralinos son ecosistemas que están interconectados entre si por el agua.

La lluvia al caer en el suelo, arrastra consigo materia orgánica de la selva y la introduce en el subsuelo al infiltrarse por las fracturas y los poros de la roca caliza. En el subsuelo existe el manto acuífero y es ahí por donde el agua fluye a través de las cuevas en su largo recorrido con dirección hacia la costa.

Posteriormente el agua de las cuevas es descargada en los manglares por medio de manantiales; ahí los manglares se encargan de filtrar el agua y absorber la mayor parte de la materia orgánica en ella antes de que ésta llegue al mar en donde existen los arrecifes de coral que necesitan agua con poca materia orgánica para poder vivir.

De ahí, la importancia del manglar, el cual se encarga de mantener los niveles de nutrientes justo como los corales los necesitan, es decir, con poca materia orgánica presente.

Es así como estos importantes ecosistemas están interconectados entre sí por medio del agua, lo cual debe tomarse muy en cuenta al momento de planear estrategias de conservación y al decretar zonas de protección al medio ambiente, al agua y la flora y fauna de la zona.

Para lograr protegerles y conservarles efectiva e integralmente debemos cuidarles por igual tanto a las selvas que generan y colectan el agua de lluvia, así como al manto acuífero que la guarda, a los cenotes y a las cuevas que la transportan, al igual que a los manglares que la reciben y limpian, y al arrecife coralino que se baña con ésta al mezclarse con la del mar.

Jerónimo Avilés Olguín

Naturalista. Su equipo ha descrito ocho humanos de la Era del Hielo, dos géneros nuevos de especies extintas, el perezoso gigante cabeza de huevo Xibalbaonyx oviceps, el pecarí pigmeo Muknalia minima, y los biotemas más grandes del mundo llamados Hells Bells...

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