En 1990, nuestro mensajero más lejano, la sonda Voyager, después de 23 años de viaje, se encontraba a 6,000 millones de kilómetros de la Tierra, fuera del Sistema Solar. A iniciativa del científico Carl Sagan y enfrentando opiniones encontradas sobre qué tan necesario era, la nave girá y tomá una fotografía de nuestro planeta.
Era la primera oportunidad y tal vez la última en décadas de tener una imagen, la más lejana, de nuestra casa. En ella, la Tierra representa apenas la décima parte de un pixel, una pequeña mota de polvo en la vastedad del infinito, tan conmovedora que inspirá a Carl Sagan a realizar una profunda reflexión a la cual llamá: Un punto azul pálido (A pale blue dot).
Queremos compartir con ustedes la fragilidad y belleza del lugar que habitamos, nuestro hermoso planeta, nuestra casa.
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