Conservación

Por esta razón tomamos un regaderazo antes de entrar a un cuerpo de agua

Si has tenido la oportunidad de conocer algún cenote, río o algún otro tour, tal vez hayas notado que hay algo en particular que no pasa desapercibido: un buen regaderazo antes de entrar. Pero… ¿sabes el por qué? Aquí te contamos el como esta pequeña acción hace una gran diferencia para estos destinos.

Algo peculiar que suele suceder en cada tour es que, antes de entrar los guías/personas encargadas, suelen indicar que es recomendable que se den un pequeño regaderazo correspondiente, pero a todo esto hay una buena razón y es nada más ni nada menos que para conservar la pureza del agua. Y nuestra Reserva Natural no es la excepción.  

¿Cómo es que ayudan en la conservación?

Pues verás, lo más probable es que antes de llegar, hayas usado/puesto algún producto (bloqueador, perfume, repelente, etc.) en el cuerpo, sin embargo, olvidamos que lo que tienen en común estos productos es que sus ingredientes contienen químicos que tienden a ser dañinos para nuestros ecosistemas acuáticos. A medida que los productos se lavan de nuestra piel y se desprenden en el agua, pueden tener un impacto perjudicial en lagos, ríos y océanos.

¿Los productos "ecofrendly" ayudan?

Es importante recordar que, en algunos casos, estos productos pueden no ser la solución adecuada para todos los desafíos ambientales. En el caso de las cuevas con ríos subterráneos son ambientes sensibles que albergan una biodiversidad única y frágil. Y mucho de estos productos suelen ser amigables ya que,  se deshacen a tráves de la descomposición natural, en donde para que su proceso tenga éxito necesita tener contacto con el Sol y por ende, un clato ejemplo es que, al ingresar a nuestro río subterráneo no hay interferencia alguna a esta luz natural y se queda en el agua.

La sostenibilidad en la conservación de estos ecosistemas no se logra solo a través de la elección de productos eco-amigables, sino a través de un esfuerzo concertado y coordinado para proteger y preservar estos entornos únicos. Es por ello que, una acción tan simple como un buen “regaderazo” es una gran ayuda a deslindarnos de traer y/o dañar indirectamente a nuestra maravilla natural y es así, como la preservamos para que las generaciones futuras logren apreciar su belleza.

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