Conservación

Viaje al centro de la Tierra

Viaje al centro de la Tierra
Tenemos por lo menos nueve cuevas de más de mil metros de profundidad siendo el Sistema Cheve, con 1484m, la cueva más profunda del continente americano.
Existen en México verdaderos laberintos dignos de ser habitados por un Minotauro como los que se encuentran en el sistema Cuetzalan, Puebla o el sistema Purificación en Tamaulipas. Así­ como hermosas travesí­as, donde se entra por un lado de la cueva y se sale por otro generalmente siguiendo un curso de agua como en el caso de los ríos subterráneos de Chontacoatlan y San Jerónimo en el estado de Guerrero o la travesía más técnica de Acahuizotla en el mismo estado o el Chorreadero en Chiapas.

Cuevas únicas
Hay cuevas en nuestro paí­s con características únicas como las que poseen enormes cristales de cuarzo de hasta 1.5 metros de alto, en Chihuahaua, o las formadas por bacterias quimiolitotróficas, como la "cueva de las sardinas" en Villa Luz, Tabasco y que tiene grandes colonias de bacterias del género Beggiatoa y que obtienen su alimento: sulfuro de hidrógeno, de las rocas. Estos seres se agrupan en formaciones mucosas excepcionales llamadas "mocotitas". Poco a poco ayudan a formar la cueva alimentándose de la roca. Además ayudan a mantener una población grande de peces (Poecilia mexicana) que las ingieren cuando gotea una "mocotita" del techo. El moco que producen estas bacterias es incluso más ácido que el lí­quido de las baterí­as de los automóviles.
Existen en México cuevas que albergan impresionantes colonias de cientos de miles de murciélagos en Nuevo León y Campeche.
No todas las cuevas tienen su génesis en rocas calizas. Los tubos de lava del Suchiooc, en Morelos, tienen un total de más de 25 kilómetros repartidos en unas 20 cuevas distintas. Dos de ellas, el Ferrocarril y la Iglesia ocupan los lugares 1 y 2 entre los mayores tubos de lava de América.
Estos son solo algunos ejemplos de las más de 7000 cavernas que potencialmente alberga nuestro país. Muchas de ellas aún no exploradas.

Importancia de las cuevas
La mayoría de las cuevas se encuentran en zonas cársticas, estas, funcionan como verdaderas esponjas captadoras de lluvia. Según la UNESCO, en el año 2015 aproximadamente el 80% del agua potable del mundo provendrá de áreas cársticas, conocerlas y conservarlas es pues, una necesidad imprescindible.
Las cuevas son lugares aislados por lo que cuentan con un índice impresionante de endemismos. Son, en pocas palabras, laboratorios naturales de la evolución.
Las únicas especies de tarántulas caverní­colas en el mundo (Hemirraghus spp.) son orgullosamente mexicanas así como muchas más de peces, colémbolos, crustáceos y arácnidos entre otros.
Las especies que viven allí pueden aportar beneficios enormes al ser humano como en el caso de los murciélagos quienes polinizan miles de especies de plantas y ayudan a la dispersión de las semillas. Las especies insectí­voras ayudan al control de plagas y a mantener las poblaciones de insectos en las selvas. Una colonia muy grande de murciélagos, puede consumir hasta 200 toneladas de insectos del tamaño de un mosquito ¡en una noche!

Las cuevas en peligro
Los cambios de uso de suelo como la tala de bosques y selvas para hacerlas campos de cultivo o pastizales para ganado, dejan al descubierto la entrada de las cuevas exponiéndolas directamente a la insolación y provocando la pérdida de humedad en esta parte tan importante, llevando a las especies a la deshidratación y obligándolas a emigrar o morir.
Generalmente los árboles que fueron cortados obstruyen el paso natural del agua formando represas, que en lluvias torrenciales, no soportan y ceden, desencadenando inundaciones catastróficas para los seres que viven dentro.
Al no haber árboles hay más erosión del suelo con el consecuente aporte de material extra que desemboca en las cuevas alterando irreparablemente su frágil ecosistema. Esto no sucedí­a antes por que las raíces de los árboles evitaban que se perdiera el suelo.
La urbanización es otra gran amenaza para las cuevas. Las oquedades que están cerca de ciudades y pueblos se convierten en verdaderos basureros, ya que la gente las ocupa para deshacerse de sus desperdicios. Para estas personas las cuevas no son más que "hoyos que hay que tapar".
El que estos sitios están llenos de basura lleva a una contaminación total del sistema. El agua que allí­ llega tiene que salir por otra parte en donde la gente beberá de ella sin saber que ya va contaminada.
Estas descargas de contaminantes afectan de manera letal a las delicadas formas de vida existentes en los sistemas subterráneos.
La ignorancia es tal vez, el peor mal que afecta a las cuevas, la gente teme a los murciélagos por ser seres extraños y que viven en la oscuridad. Esto ha llevado a matanzas terribles en donde se prende fuego a colonias enteras de estos importantes animales, dejando una cueva vací­a y estéril.
Muchas personas entran a las cuevas sin ningán respeto y destruyen formaciones milenarias, matan animales, contaminan los cuerpos de agua internos. También los malos manejos que se dan a las cuevas deterioran su riqueza. La entrada de grandes grupos de personas perturba a las especies que allí viven y los sistemas de iluminación intensos alteran el ambiente de la cueva.

Conservación de cavernas
Anteriormente las cuevas, por ser lugares poco conocidos, no figuraban en los planes de conservación aunque ya habí­an existido intentos aislados para protegerlas.
En México, la UMAE (Unión Mexicana de Agrupaciones Espeleológicas) propuso en 1995 que se incluyeran las cavernas en la ley general del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, la cual fue aceptado y publicado en la Gaceta Ecológica (artículo 55) por el Instituto Nacional de Ecología, de la entonces SEMARNAP (Secretaría del medio ambiente, recursos naturales y pesca).
Se han elaborado códigos de ética para visitar las cavernas y existen ya algunos libros sobre su manejo y explotación turí­stica, pero falta aún mucho por hacer, lo importante es que se están dando los primeros pasos.
Pero el camino es largo. Aún falta realizar inventarios, levantar topografías, que las autoridades comprendan y lo más importante: que la sociedad sea consciente del enorme patrimonio que tenemos y que hay que proteger a toda costa... Antes de que sea demasiado tarde.

Referencias

Cano, Z. y J. Martínez. 1999. Las cuevas y sus habitantes. Fondo de Cultura Económica: La ciencia para todos: 181. pp. 164. México.

Hoffmann, A., J.G. Palacios-Vargas y J.B. Morales-Malacara. 1986. Manual de Bioespeleologí­a: Con aportaciones de Morelos, Guerrero y México. Universidad Nacional Autónoma de México. pp 274. México.

Río Secreto

Reserva Natural es un sistema de cuevas semi-inundadas, un río subterráneo de extraordinaria belleza.

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