Los que somos originarios de nuestra querida península de Yucatán sabemos que cuando es temporada de “Día de Muertos” una de las cosas más esperadas es este delicioso platillo. Una tradición que sigue viva y que siempre estará en nuestro paladar. Una verdadera joyita para esta tradición y que si no lo has probado de seguro ya no faltará en tu mesa. En este blog, te hablaremos sobre porque es especial para esta región.
Iniciaremos con lo importante… ¿Qué es?
El pibipollo, mucbipollo o pib, como prefieras llamarlo, es una especie de tamal grande preparado con masa de maíz, redondo pero torteado que se rellena con carne de cerdo y claro, el ingrediente principal, pollo, gallina o pavo que se mezclan en el kol donde se cocinó la carne; acompañado con tomate, cebolla, epazote y xpelón. Su envoltura está hecha con hojas de plátano y el toque esencial, se hornea bajo tierra.
¿Cómo se hornea bajo Tierra?
En el método tradicional, el “pib” se “hornea” bajo tierra. Se coloca en un hueco algo profundo que se hace, en donde se ponen piedras calientes y madera. Y ahora sí, ya una vez colocado los tamales al peculiar hoyo, se envuelve con hojas frescas. Es así que, dentro de un par de horas, ya estará listo para servir. ¿A poco no es exquisita su forma de preparación?
¿Cuál es su historia?
Bien sabemos que el Pib, es una joyita culinaria que emerge durante la celebración del Día de Muertos, es parte de la ofrenda para los altares, un clásico para las convivencias familiares y un platillo que está lleno de misticismo, cultura y tradición.
Su origen va desde las antiguas civilizaciones mayas que celebraban rituales para honrar a sus muertos. Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, la cocina yucateca comenzó a fusionar sabores con distintos ingredientes autóctonos con elementos europeos y gracias a ello, hoy en día tenemos platillos únicos como este delicioso manjar.
He ahí el por qué se llama así, Su nombre “Pibipollo” tiene raíces españolas y claro, mayas. La palabra “Pib” se deriva del término maya que significa “enterrado”, haciendo honor a su peculiar manera de prepararse y “pollo” proviene del español, lo cuál es el ingrediente clave de su preparación.
Sin duda alguna, preparar Pib es una manera única que se disfruta en familia, desde su elaboración hasta el momento de disfrutarlo.
Si no has tenido la oportunidad de probarlo, asegúrate de hacerlo. ¡O mejor aún, anímate a prepararlo! Es una deliciosa manera de rendir homenaje a tus seres queridos y explorar una cultura única a través de su fascinante gastronomía. Es una experiencia que vale la pena y ya cuando se acerquen estas fechas, serás el primero en decir… ¡YA HUELE A PIB!
¡Buen provecho!